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Las 4Ps del Marketing Tradicional
Si estás hace algunos años en Marketing, conocerás a qué me refiero cuando digo “4P’s” del Marketing Tradicional ¿No? Precio, Producto, Promoción y Posicionamiento. En estas 4 palabras vemos reflejada un tipo de estrategia muy desencajada de nuestra actualidad, sólo basta con que describamos brevemente de qué se trata cada una de estas palabras:
La primera hace referencia a la definición de cuál será el precio competitivo con el que podemos lanzar al mercado nuestro producto, punto que se define con la inversión inicial con la que cuenta la empresa.
La segunda, en cambio, refiere a la definición del producto en sí, cómo es, qué lo hace único y para quién va dirigido.
La tercera está relacionada con las herramientas con las que los promocionaremos.
Finalmente, la cuarta P implica decidir en qué zonas geográficas y sectores nos posicionaremos ante los competidores.
Este modelo nació en los años 60, donde la gestión tradicional del marketing se enfocaba en productos tangibles, en la mayoría de los casos, con un claro enfoque interno.
En otras palabras, el objetivo de este tipo de marketing era más bien posicionar una marca y su producto ante la competencia, lograr que los clientes conozcan, compren y prefieran su producto. El producto es el rey.
Las 4C’s del Nuevo Marketing
Por otra parte, los modos y las preferencias del consumo en si mismo han cambiado: El ritmo de vida y las necesidades también lo han hecho, pero sólo algunas marcas han entendido realmente este panorama, y han sabido dar al cliente el lugar de protagonista que se merecía. Así es como surge la idea de las 4C’s del nuevo marketing ¡Pero ojo! Esta idea surge en los 90’, no es tan nueva como parece, aunque aún así hoy seguimos observando marcas donde el enfoque externo está invisibilizado.
El principal objetivo de esta tendencia, lejos de centrarse en el producto y en la competencia, propone analizar, entender, conocer cómo se comporta el consumidor. Las 4C’s son Cliente, Coste, Comodidad y Conversación, el paradigma es absolutamente diferente. Aunque puedes encontrar a cada una de ellas con otros nombres, el objetivo que persiguen es el mismo:
¿Qué necesidades tiene nuestro cliente? El Cliente es el protagonista, por lo que conocer a quiénes estarán destinados nuestros productos y/o servicios es lo primero que debemos saber, pues sin esta información jamás lograremos detectar qué necesidades tiene nuestro público objetivo ni cuáles son sus intereses y preferencias.
Antes que imponer o establecer un precio en relación a la competencia y al mercado en general, lo importante es saber cuánto está dispuesto a pagar nuestro cliente, y no sólo de forma monetaria, sino también emocional, pues ahora necesitamos de su compromiso con nuestra marca.
La tercera C hace referencia al “cómo” que completará la experiencia del cliente, es decir, cómo recibirá nuestros productos, qué medios prefiere emplear para pagarlos y para hacer uso de él.
Cuando hablamos de conversación nos referimos a conocer a través de qué medios se comunica y sobre qué temas conversa nuestro público objetivo, para así poder entablar un intercambio con ellos que se base en la confianza y en la experiencia que le brindamos.
Pero las tendencias han cambiado tanto en estos últimos años, sobre todo con la aparición de las Redes Sociales, herramientas que han propiciado que el protagonismo de los clientes crezca aún más. Pero además, han puesto en escena al gran aliado de las marcas: El contenido. Por eso, a estas 4Cs, en TopicFlower le agregaríamos una quinta: La C de Contenido. Pues, como vimos en la nota de ayer, nos permite generar más y mejores relaciones a largo plazo con nuestros clientes ¿Qué opinas de estas 4C? ¿Sumarías alguna más?