Tiempo de lectura aprox: 4 minutos, 9 segundos
Descubre qué es el consumo irónico en las redes sociales, cuáles son sus efectos y a qué nos enfrentamos
Te traemos el porqué de eso que ves día a día en las redes sociales: El consumo irónico, que crece día a día más, y que trae aparejados efectos secundarios que, a largo plazo, terminan jugándonos en contra
Entras a Instagram, Twitter, Facebook, como todos los días. Scrolleas, ves cuanto posteo se te cruce, reaccionas y compartís si te gusta y ¿si no te gusta? También. Si, ahí está el consumo irónico. No es que nos guste o sea de nuestro agrado, es que sentimos la necesidad de compartirlo, pero ¿Para qué? Continúa leyendo
Consumo irónico: ¿Qué es y de dónde viene?
Odias a ese influencer, pero lo seguís para reafirmar lo mal que te cae. Te parece ridículo lo que postea un político, pero lo retuiteas a fin de contestarle y visibilizar la burrada que dijo. Compartís videos y memes de esa figura pública que repudias, burlándote. Sí, estamos hablando de consumo irónico en redes sociales.
Pero, ¿dónde nació este concepto? Si bien esta práctica no es nada nueva, y los seres humanos tendemos a compartir incluso aquello en lo que no estamos de acuerdo, fue recién en 1980 cuando se le designó el nombre. En aquel año, cuando la academia Ien Ang realizó un estudio de audiencias del programa Dallas y, vaya sorpresa, el consumo no estaba incentivado por una intención y gusto genuino hacia el producto televisivo, fue que se habló de consumo irónico. ¿Consumían el producto? Claro, pero a fin de burlarse y defenestrar los argumentos e, incluso, a los actores y actrices.
Entonces: ¿Por qué hacemos consumo irónico?
Parece insólito e injustificado pensar que podemos llegar a darle tanta importancia a algo si, de verdad, nos molesta. No hay justificación científica, por lo menos hasta el momento, del Consumo Irónico. Debemos apelar entonces a las cualidades del ser humano y de las grandes posibilidades que han abierto los medios y las tecnologías digitales, llevando el consumo irónico y discursos de odio.
Puesto que somos seres sociales, y que nuestra necesidad intrínseca está en relacionarnos con los demás, parece que encontramos en el consumo irónico la posibilidad de compartir lo que no nos gusta, nos molesta, lo que nos genera la necesidad de combatirlo. Es así que al contestar, burlarnos, y difundir aquello en lo que estamos en contra, necesitamos al otro. Ese otro que crea lo mismo, que me respalde, que comparta y entienda, en definitiva, cuál es la ironía de este consumo. Porque, tal como reveló un estudio de Warren y Mohr, pocas personas pueden llegar a descubrir cuál es la ironía del mensaje. Pero acá aparecen pros y contras. Es decir, necesitamos y tenemos una comunidad digital que entiende y comparte nuestra ironía; sin embargo, ¿Qué pasa con aquellos que no la entienden? ¿Cuáles son los riesgos que se corren si se capta un mensaje equivocado?
El Consumo Irónico y sus efectos: ¿A qué nos enfrentamos?
Publicamos eufóricamente riéndonos, criticando o contestando lo que nos desagrada ¿Si nos responde la persona o figura en cuestión? ¡Mejor! Le contestaremos aún con más fuerza, porque necesitamos decir lo que pensamos. Y¿Si nos vuelve a responder? ¿Si nos da Like? ¿Si, de alguna manera, nos da importancia en las redes sociales? ¡Mucho mejor! Para eso estamos ¿No? Para eso publicamos y consumimos en las plataformas.
Pero ¡Ojo! En medio de este espiral hipnótico que es el consumo irónico nos olvidamos de algo: Entre like va, like viene, compartidos, menciones, retuits, se arma una bola de nieve infrenable que culmina en… Si, la tan anhelada viralización.
Y sí, comienza el primer efecto adverso: La viralización. Pero esta no es tan buena ni color de rosa como nos la cuentan, también tiene su lado bueno y, por supuesto, el lado malo.
La viralización conlleva, además, un gran poder de voz a quienes gozan de esta, dándoles en definitiva mayor alcance a la audiencia y legitimidad a sus discursos. Cosa que no buscábamos con nuestro “consumo irónico”, una real ironía ¿Verdad?
Pero esto no es todo: La viralización y consolidación de una figura en las diversas plataformas es, para los mercados, como polen para las abejas. Nuestra supuesta ironía presente en el consumo no es detectada como tal, por ende, el beneficio económico llega de una u otra forma a quienes intentábamos criticar.
Por otro lado, como señalamos anteriormente, si el mensaje que trae este consumo irónico va más allá de quienes entienden realmente cuál fue el propósito, la consecuencia inevitable será la recepción de un mensaje equívoco. Y es que, al poner el foco en qué consumimos solo porque lo rechazamos, terminamos por dejar en último lugar cómo y qué es lo que comunicamos.
Miss Ironía: El meme como aliado
Si bien podríamos citar miles y miles de ejemplos de casos en los que el consumo irónico se ha materializado a través de un meme, hay algo que merece aún más nuestra atención: ¿Qué genera el consumo irónico mediante memes? ¿Qué consecuencias trae?
Es cierto que este se ha convertido en una manera de representar lo que nos pasa, no importa si es algo bueno, malo, o cómico. Nunca viene mal un meme y, de hecho, siempre hay uno ideal para cada ocasión que nos podamos imaginar.
Peeeeero, otra vez ¿Qué efectos adversos se avecinan? En primer lugar, al enfrentarnos en redes sociales con un meme, lo primero que se nos ocurre es celebrar su creatividad y compartirlo, por lo que dejamos de lado la intención inicial de nuestro consumo: La crítica. La naturalización de ciertas situaciones que pretendíamos criticar, entonces, está a la orden del día.
En segundo punto, si bien se puede alegar a lo efímero de estos y de su viralización, no está en manos de nadie cuál será el impacto y qué puede provocar emocionalmente a quien es protagonista del meme.
No todo lo que brilla es oro
Cabe entonces preguntarnos si el consumo irónico realmente aporta a lo que en principio buscábamos: Criticar aquello que nos desagrada y que repudiamos. Es sabido que las redes sociales tienen sus propias reglas, que muchas veces nos juegan en contra, inclusive cuando pensamos que esto no es posible.
No se trata de entrar en el debate de si está bien o no llevar a cabo esta práctica, sino de ser consciente de que las plataformas digitales tienen un gran poder: Su alcance y accesibilidad. Por ende, el foco debemos correrlo a cómo comunicamos, qué decimos y si vale la pena o no reproducir lo que queremos criticar.
¿Qué aprendimos?
- Debemos ser sumamente cuidadosos con los discursos que reproducimos
- Los códigos lingüísticos y sociales son tan importante como el mensaje que queremos transmitir
- Las reglas de las redes sociales y el alcance de estas están totalmente fuera de nuestras manos
- No siempre sale todo en dirección a la intención inicial
- Existen tantas maneras de expresarnos en redes sociales como habitante en el mundo, y no siempre todos interpretan de la misma manera
Te invitamos a reflexionar y compartirlo con ese amigo que nunca deja de lado ese consumo irónico.
Te puede interesar:
- Las medidas de las imágenes en las Redes Sociales
En notas anteriores ya hemos hablado sobre el poder de la imagen en los posts…
- ¿Qué funciona en las redes sociales?
Las marcas que buscan presencia en redes sociales tienen que desarrollar una estrategia de conversación…
- Te regalamos 120 TopicTips para tu estrategia en Redes Sociales
30 TopicTips para cada red social: Facebook, Instagram, Twitter y LinkedIn Tenemos un nuevo E-book…